De esta forma, el padre Príncipi ya no puede ejercer el ministerio sacerdotal, tal la sanción dispuesta por tribunales canónicos, según comentó a Puntal el obispo diocesano Adolfo Uriona.
La decisión se tomó en línea con la política de “tolerancia cero” frente a los casos de abuso sexual dentro de la Iglesia, implementada por el papa Francisco.
“El proceso canónico se inició hace unos años cuando decidimos desde el Obispado suspender a Príncipi inmediatamente en sus funciones como sacerdote”, explicó monseñor Uriona.
Yañadió:“El caso fue investigado por el Tribunal Canónico de Córdoba, el que tras confirmar los hechos denunciados decidió expulsarlo”.
“También el Tribunal Canónico de Buenos Aires confirmó dichos hechos y ratificó la expulsión”, manifestó el prelado.
Tras una consulta de Puntal, Uriona confirmó que “se trata de casos de abuso sexual a menores”.
“Ahora estamos esperando la notificación del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que tiene que venir desde el Vaticano”, sostuvo Uriona, al explicar los pasos canónicos que se tienen que dar en este tipo de situaciones.
“El proceso canónico se inició hace unos años cuando decidimos desde el Obispado suspender a Príncipi inmediatamente en sus funciones”, dijo Uriona.
Por último, el obispo aclaró que los sacerdotes y laicos que organizan retiros espirituales, de los que participaba Príncipi, “no tienen nada que ver con la acusación que se le hace al sacerdote”.
Príncipi nació en Laboulaye y se desempeñó en la Diócesis de Río Cuarto, siendo sus últimos destinos Ucacha y La Carlota, antes de partir a Buenos Aires.