De diciembre del 2023 a esta parte del 2024, las facturas de gas y luz subieron un 370%.
Y, según el Indec, en octubre los servicios aumentaron el 5,4%.
En ese contexto, ya hay hogares que apelan a sus ahorros para completar los 30 días del mes.
Una ONG que nuclea a usuarios y consumidores advierte sobre la crítica situación que viven las familias a partir, también, del bajo poder adquisitivo.
El informe sostiene que, por el incremento de los servicios de gas y luz, a raíz de la quita de los subsidios nacionales, hay familias que no llegan a fin de mes por estar al día con esos pagos.
Dicho cuadro de situación se complica cuando la plata para comer llega hasta el 20 de cada mes, como relevó otro estudio de una fundación cordobesa.
Si bien las variables macroeconómicas parecen acomodarse, esos resultados tardan en trasladarse a la economía doméstica de todos los días.
Basta con observar lo que le sucede a diario a la clase trabajadora, en el marco del combo entre las subas de precios y la caída del poder adquisitivo.
Al respecto, un relevamiento hecho en la provincia dice que “los resultados sobre el consumo de alimentos, con relación al descenso de los niveles inflacionarios, revelan una tendencia positiva, mostrando una recuperación constante y sostenida desde mayo de 2024, después de haber alcanzado un mínimo histórico de -32% en abril del mismo año”.
“No ha habido mejora de las condiciones sociales: se ha experimentado un deterioro en los últimos doce meses”.
Sin embargo, “no ha habido mejora de las condiciones sociales: contrariamente a lo esperado, no sólo no se han observado mejoras significativas, sino que algunos indicadores han experimentado un deterioro preocupante en los últimos doce meses, mientras que otros, por su parte, se han estancado en un nivel crítico”.
Los magros ingresos familiares se diluyen entre la comida y el pago de los servicios públicos, lo que hace matemáticamente imposible que un hogar pueda llegar a la meta del fin de mes.