Estaba previsto que Israel liberara a unos 620 detenidos palestinos el sábado después de que Hamás liberara a seis rehenes horas antes.
Estos seis eran el último grupo de rehenes vivos programados para ser liberados en la primera etapa del acuerdo de tres fases.
Sin embargo, la oficina de Netanyahu comunicó que había decidido retrasar la liberación de los detenidos palestinos programada para el sábado "hasta que se asegure la liberación de los próximos rehenes, sin vergonzosas ceremonias".
La decisión siguió a lo que el comunicado describía como "las reiteradas violaciones de Hamás, incluidas las vergonzosas ceremonias (de liberación de rehenes) que deshonran a nuestros rehenes y el uso cínico de rehenes con fines propagandísticos".
Tanto Hamás como Israel fueron acusados de utilizar a los prisioneros con multas propagandísticos pues Hamás hace caminar a los rehenes en un escenario e Israel coloca inscripciones despectivas en las pulseras y camisetas que llevan los prisioneros palestinos y los fotografían en poses degradantes.
Un total de 63 rehenes permanecen en Gaza, y más de la mitad se presumen muertos, según datos israelíes.