En la primera jornada, Eleonora Carranza, madre de Catalina, relató el último día que pasó con su hija y cómo, al descubrir que el principal sospechoso era Néstor Soto, se enfrentó a la tragedia de la pérdida y a la sorpresa de que el responsable fuera alguien cercano a su hija.
Lucía Gutiérrez, hermana de la víctima, aportó detalles cruciales sobre la “relación tóxica” entre Catalina y Soto. Describió cómo Soto mostró un comportamiento celoso y posesivo, especialmente hacia la relación que Catalina mantenía con su novio. Lucía recordó que, la noche del crimen, Catalina fue a buscar a Néstor al no estar de acuerdo con su retraso para una salida con amigos.
Según la reconstrucción de lo ocurrido, cuando Catalina llegó a la casa de Soto, la situación escaló rápidamente y la joven fue brutalmente agredida. Durante ese encuentro, Catalina intentó calmar a Néstor, pero este la agredió físicamente, la asfixió y la abandonó en un terreno baldío, donde intentó prender fuego a su cuerpo.
La acusación de femicidio
El fiscal Marcelo Sicardi presentó pruebas contundentes que apuntan a la alevosía del crimen, destacando que Catalina fue asesinada en un contexto de total indefensión. Las pruebas forenses confirmaron la violencia extrema con la que se cometió el crimen, y se presentaron grabaciones de cámaras de seguridad que mostraban a Catalina y Soto en la casa del acusado la noche del homicidio. Además, se subrayó que la agresión a Catalina fue una manifestación de violencia de género, lo que aumenta la gravedad del delito.
La defensa de Soto Aguilar
La defensa de Soto, liderada por la abogada Ángela Burgos, argumentó que el crimen no debe ser considerado un femicidio. Según la abogada, lo ocurrido fue un trágico accidente derivado de un conflicto emocional y personal. La defensa también señaló que no hubo una motivación de género en el asesinato y que el crimen debe ser calificado como homicidio simple, no femicidio.
Burgos defendió a Soto argumentando que él estaba pasando por una crisis emocional. “Soto se encontraba bajo mucho estrés y colapsado emocionalmente, lo que desembocó en la agresión fatal a Catalina”.
La abogada aseguró que no se trató de un femicidio, sino que la calificación del crimen como tal está siendo impulsada por la presión social y los colectivos feministas. También señaló que el caso está siendo malinterpretado y que la violencia no tenía un trasfondo de misoginia.
Burgos aclaró que Soto presentó golpes “normales” y explicó que la maniobra con la que terminó la vida de la joven, conocida como “mata león”, consistió en tomarla del cuello y mantenerla sujeta hasta su muerte. La defensa argumentó que Néstor Soto veía a Catalina como una hermana y que su relación de confianza mutua jugó un papel importante, ya que Catalina fue a buscarlo en un ida y vuelta entre ambos.
Además, la defensa sostuvo que Soto estaba atravesando una crisis emocional y que los peritos psiquiatras confirmaron que él no estaba en condiciones de enfrentarse a un juicio en las primeras etapas del proceso. No obstante, la abogada reconoció que Soto siente remordimiento por lo sucedido, aunque el hecho de que se haya reído durante el juicio no debe ser interpretado como una falta de arrepentimiento.
A medida que el juicio avanza, se esperan nuevas declaraciones que podrían ser clave para el desarrollo del caso. Se prevé la comparecencia de una amiga cercana de Catalina, quien podrá ofrecer detalles sobre la relación entre ella y Soto, confirmando las tensiones que existían entre ambos. Además, la defensa ha anunciado que Soto dará su declaración en los próximos días, lo que podría ofrecer detalles cruciales sobre el origen del enfrentamiento y el posterior asesinato.
La mediatización del caso
La presión social ha sido un factor importante en este juicio. A lo largo del proceso, la familia de Catalina ha participado en varias movilizaciones, incluyendo la marcha del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, donde exigieron justicia por la joven. En estas protestas, se dejaron ver carteles pidiendo una condena perpetua para Soto y exigiendo que el femicidio de Catalina no quede impune.
El juicio ha atraído la atención de diversos sectores de la sociedad, desde los movimientos feministas hasta políticos locales. En las últimas audiencias, incluso se observó la presencia del viceintendente de Córdoba, lo que ha sido interpretado como una señal de la importancia social y política del caso. Situación que la defensa de Néstor Soto considera que puede influir, pero no en la sentencia.
El camino hacia la sentencia
El juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez continúa, con el futuro de Néstor Aguilar Soto en juego. La familia de Catalina sigue luchando por justicia, con la esperanza de que el sistema judicial garantice una condena que refleje la magnitud del crimen. La defensa de Soto, por su parte, sigue intentando mitigar la gravedad de los cargos y confirma que apelarán si no están conformes con la sentencia. Finalmente, es el tribunal quien deberá decidir si se trata de un homicidio simple o un femicidio y cuál será la condena correspondiente.