“Esto puede llegar a afectar a toda la cadena de pagos; no hay que verlo como un hecho aislado. Que grandes empresas de insumos y acopio estén así de complicadas no va a afectar solamente a esos grupos empresarios, sino también a los productores que no van a poder pagar otros compromisos. El sector viene complicado, pero en lo financiero me parece que se va a poner un poco más complicado. Todo el mercado de pagarés me parece que va a estar más complicado”, apuntó Salvador Vitelli, el economista experto en la cadena del agro oriundo de Adelia María.
Para otro colega como David Miazzo, de Data Miazzo, no habría riesgo sistémico en este contexto y asegura que se trata de situaciones particulares y de errores en la lectura del escenario que venía. “Las empresas del sector agropecuario no son empresas que, en general, operen con alto nivel de apalancamiento. Además de eso, no es que haya una situación generalizada en el mercado de poca liquidez. No es que afecta a todo el crédito. Al contrario, estas compañías cayeron más por problemas propios que por una situación general del mercado.
Otro economista e historiador, como Pablo Gerchunoff, destacó que “si el dólar barato con retenciones genera problemas en el sector agropecuario no estamos en presencia de enfermedad holandesa. Estamos en presencia de un error de política económica que afecta a nuestro sector más competitivo”. La enfermedad holandesa hace referencia a lo que ocurrió en aquel país cuando abundaron los dólares surgidos de los hidrocarburos y eso provocó severas dificultades en todos aquellos rubros que no estaban relacionados a las exportaciones.
Alguien que conoce el negocio de las empresas del agro por dentro es Antonio Aracre, ex Syngenta, que recordó que “hace dos años la soja estaba a 600 dólares. Hoy, vale la mitad. El litro de glifosato se pagaba 12 dólares y dejaba un margen del 40%. Hoy te cuesta venderlo a 4 dólares y con suerte te deja 10%. Al cobijo de esa coyuntura, que pocos vieron como transitoria, se alquilaron campos a precios irrisorios y se montaron insumeras que ganaban mercado en base a crédito fácil. No es muy difícil entender lo que pasa en ese nicho del agro que tampoco es representativo de todos los productores ni distribuidores”, dijo el exCeo de la multincional. Y luego agregó: “Lo que sí hay es un llamado de atención a la política de que se acabó la gallina de los huevos de oro. Y también a las empresas del sector que deberán tomar decisiones quirúrgicas si quieren sobrevivir. No es con devaluación la salida. No pagar precios ridículos por insumos o alquileres. Y cancelar deuda. Esa es la clave. Y esperar que el gobierno baje retenciones tan pronto pueda”, señaló Aracre.
Sobre ese último punto hay mucho debate en redes y allí se cruzan especialmente los productores agropecuarios, la base de la pirámide agro.
Sobre la idea de Gerchunoff, el ex ministro de Agricultura y Ganadería durante el gobierno de Cambiemos, Ricardo Buryaile, destacó que “hay más empresas en situación complicada, al igual que muchos productores. Ya habíamos advertido que el peso sobrevaluado y altas retenciones conducen a la destrucción de la producción”.
En medio del debate sobre los casos de las grandes empresas en default, la titular de Coninagro Córdoba, Vanesa Padullés, pidió que “el ruido de unos pocos árboles (grandes) no tape al bosque de otras especies. Que nada desmerezca ni confunda la verdadera necesidad de los productores agropecuarios de que nos quiten las retenciones, pues estamos produciendo sin rentabilidad o a pérdida con estos números”, reclamó.